La “transmisión por la transmisión”

Ahora que empezamos el curso es bueno reflexionar sobre el porqué utilizamos una metodología activa y no una de exclusivamente basada en la transmisión.
Tradicionalmente se ha empleado el método transmisivo en educación de forma generalizada. Hoy en día es totalmente extemporáneo y contraproducente.

En la entrada anterior del blog escribí que es inútil centrar la educación formal en el modelo transmisivo debido al volumen de información que ha comportado el advenimiento de la Sociedad de la Información y el Conocimiento. Un servidor se encontró con la sensación de que recibir o dar clases transmisivas por sistema en la universidad ya no funcionaba, por no decir que era casi ridículo. No digo que no lo haga de vez en cuando, pero son en contadas ocasiones donde realmente la transmisión se hace necesaria: porque hay que dar información más “procesada”, porque se tiene que hacer una introducción temática para poner en situación, porque ahorro tiempo, porque lo que se explica es complicado de comprender, etc.

El siguiente vídeo es un ejemplo de las consecuencias de ciertas clases basadas en la transmisión que ocurren en el mundo:

Las formas del alumno Bliss pueden ser muy discutibles y muy poco acertadas, pero lo que denuncia claro. Y es uno de los males que conlleva este desfase entre el mundo viejo y el nuevo mundo. Del primero, el examen es el máximo exponente en clave de educación formal: el volcado de lo memorizado y luego el olvido absoluto. ¿Es esto lo que buscamos como docentes? ¿Es esta la finalidad de la educación? Me parece que no. Personalmente, prefiero trabajar pocas cosas (lo más importante) y trabajar de forma significativa y situada, sobre todo desde una aproximación activa.

La tortura de la transmisión por la transmisión a menudo esconde poco savoir faire pedagógico y poco conocimiento de lo que se enseña. Y eso los estudiantes lo notan. Es un información insuficientemente aprendida por el emisor que provoca que la transmita de forma simple, inconexa y superficial. Se traduce irremediablemente en aburrimiento. Si alguna antigua víctima mia de tortura por transmisión me está leyendo, mis más sinceras disculpas: No era sadismo; simplemente no sabía lo que hacía.

En relación a los desajustes entre los métodos del viejo mundo y del nuevo mundo, hará exactamente un par de años el Dr. Miquel Àngel Prats profesor de la Universidad Ramon Llull, hizo un tuit en referencia a “Petite Poucette” (2012), libro del filósofo francés y profesor de Stanford (EEUU) Michel Serres. Fue todo un hallazgo (para que luego se diga que esto de las redes nos distrae. Es cuestión de construirse un buen PLE :-)).

Pues bien, se trata de un libro donde describe como nunca el desfase entre el viejo mundo (lo moderno de la Ilustración, lo monolítico) y el mundo actual (lo posmoderno, líquido, hiperconectado, …). Pone en evidencia la rigidez de ciertas instituciones de la sociedad y de la cultura, donde la educación no queda exenta. Y hace cierta gracia que lo escriba un hombre de más de 80 años.

Sobre lo que nos ocupa, Serres dice de forma compactada: Con la escritura, los griegos inventaron la paideia; después de la imprenta, van pulular los tratados de pedagogía. Hoy? Repito, ¿qué transmitir? el saber? Pero como es posible si es en todas las redes, disponible y objetivado. Transmitirlo a todo el mundo? De ahora en adelante el saber es accesible a todos. Como transmitirlo? Pues ya está hecho.

la transmisión no es útil cuando el saber está objetivado y distribuído
Tecnología y conocimiento

El saber ya está “transmitido y distribuido”. Por lo tanto no hay que transmitirlo. Podemos acceder desde el aparato que llevamos en el bolsillo también, desde cualquier lugar y momento. Esto no significa que la escuela o la educación formal no tengan sentido porque todo está enseñado/aprendido. Esto sería falso. Hay mucho que hacer, ¡quizás más que nunca! y también muchas maneras de promover aprendizaje más allá de la transmisión.

Con el fin de aprender ciertos conceptos, procedimientos, competencias, actitudes y valores hay que hacer actividades que impliquen entrar en contacto con el conocimiento; que este conecte con lo que ya sabemos. Que, docentes y alumnos, lo hagamos nuestro. De ahí la importancia de la educación activa e intersubjetiva. Por lo tanto, la transmisión por la transmisión debe cesar -y este hecho va mucho más allá del death by powerpoint, que es un punto necesario pero básicamente estético-.

Es importante promover la indagación, el debate, la colaboración, el tratamiento de la información, el trabajo con los flujos de información y poner en práctica habilidades de alfabetización informacional y digital (lo del aprender a aprender, vilipendiado por algunos sectores de dentro y de fuera del mundo educativo). Ante este escenario complejo es fundamental ceder espacio a la implicación y a la creatividad.

Hablamos de cómo enfocar el tiempo dedicado a la enseñanza y al aprendizaje. Sin este cambio no hay competencias que valgan, y aún menos, aprendizaje. La idea del “sage on the stage” para pasar a ser “a guide on the side” (del “sabio en el escenario” al “guía acompañante”) que escribió Alison King en 1993, entonces ya tenía sentido. Hoy en día es indispensable.

Música de fondo:  Baba O’Riley. The Who. The Kids are Alright, 1971.

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